domingo, 30 de diciembre de 2018

Restos de haber comido. Cárabo común (Strix aluco)

Los restos de alimentación también son indicios que nos pueden ayudar a identificar a la fauna que está presente sin ser vista. Un desplumadero, una avellana o almendra roída, un tronco agujereado, una carroña..., y cientos de casos más. 

Estos restos de presas descabezados me tenían intrigada, pero sí, tengo la certeza de que fue el. Mi amigo el cárabo común (Strix aluco) dio caza a esta rata negra (Rattus rattus), y este zorzal común (Turdus philomelos) seccionándoles la cabeza. También es propio del gran búho real realizar esta operación pero con presas de mayor tamaño, como conejos o liebres, a las que decapita o corta los cuartos traseros para llevárselos al nido, puede como ofrenda a la hembra o alimentar a los pollos.  Teniendo en cuenta este comportamiento en la más grande de las rapaces nocturnas, ¿por qué no producirse en otras rapaces también nocturnas menores, pero con presas proporcionales a su tamaño?



sábado, 29 de diciembre de 2018

Siempre bienvenida

Ponerte a revisar tarjetas de cámaras de fototrampeo, y ver que aparece una de estas donde no te esperaba, siempre te levanta la moral. Mejor así que como la puse el otro día ;)

Nutria fototrampeada en la sierra de Cádiz

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Tiempo de sabinas

Tiempo de sabinas (Juniperus turbinata). Por estas fechas los zorros aprovechan este recurso alimenticio hasta tal punto que no es difícil encontrar heces completamente repletas de sus frutos en aquellos lugares donde esta especie es abundante. En sus excrementos podemos observar como se ha digerido la parte carnosa del fruto, mientras que la piel y hueso o semilla del interior quedan intactos, o semi intactos. 

La germinación de gran parte de los frutos silvestres en el medio natural se ven favorecidos por la ingesta y paso por el tracto digestivo de mamíferos o aves, donde son sometidos a procesos químicos que la inducen y que fuera de este nunca se darán. En algunos casos es indispensable que sufran este proceso. 

En viveros forestales se desarrollan técnicas que los imitan, con el objeto de poder germinar y hacer crecer especies forestales para futuras repoblaciones. Pero, ¿qué mejor repoblador que nuestros mamíferos frugívoros y aves?, en la que especies vegetales y animales dispersores se ven beneficiados a la vez.

Sabina marítima (Juniperus turbinata)


Excrementos de zorro (Vulpes vulpes) con frutos de sabina (Juniperus turbinata)

martes, 18 de diciembre de 2018

El erizo manzanero

Recuerdo que de pequeña mi tío Pepe me decía; 

- ¿a que no sabes por qué al erizo se le llama erizo manzanero?-, yo embobada respondía que no y expectante le escuchaba, el entonces me respondía;

-porque cuando van a los huertos se revuelcan sobre las manzanas y las pinchan en sus púas para llevárselas! jaja-. 

Y yo, que no sabía si dar crédito a lo que me contaba me reía también, aunque en realidad no sabía si creérmelo, o pensar que era una de sus bromillas ya que siempre fue un poco guasón, como decimos aquí. He de confesar que pasé mucho tiempo dándole vueltas y ya me imaginaba al erizo con todas sus púas cargadas de manzanitas... :)

Abajo. Un erizo marcha al paso por una marisma gaditana dejando un largo y precioso rastro. En sus huellas podemos apreciar como sus dedos son algo más gruesos que los de las ratas, con quienes se puede confundir. Otra forma de diferenciarlo del roedor es el número de dedos, ya que el erizo posee cinco dedos en pies y manos, mientras que la rata tiene cinco dedos en los pies y solamente cuatro dedos en las manos. Un último detalle podrían ser las robustas uñas que el pequeño erizo nos deja marcadas, contrarias a las de la rata, que suelen ser más finas.



Huellas de erizo común (Erinaceus europaeus)

sábado, 15 de diciembre de 2018

Los tímidos

Pues nada, que parece se pusieron de acuerdo para asomar solo sus cabecitas... :)




miércoles, 5 de diciembre de 2018

Rastros de rana común (Pelophylax perezi).


Hoy hablaré de un rastro muy curioso e interesante y con los que disfruto mucho siguiéndolos cuando los encuentro.

Coincidente con los rastros de un cangrejo de río que se describían en el margen de un arroyo, se encontraban impresas otras marcas que no correspondían con las del crustáceo. Lo que a primera vista y desde la distancia podía hacer pensar que en algún momento había arrastrado sus pinzas, la realidad fue otra. Al examinar detenidamente el entorno de los rastros, se podía observar como esas marcas se volvían a repetir fuera del trayecto que recorrió el cangrejo. 

(1)

 (2)
 (1) y (2). Rastro de cangrejo donde se encontraban otras marcas diferentes.

Los rastros describían un patrón, un mismo patrón. En algunos se apreciaban unas manitas junto a líneas y pequeñas perforaciones paralelos reunidos en un mismo punto, estas agrupaciones se repetían de forma continuada separadas siempre por la misma distancia. Quiero destacar con este escenario la importancia de explorar y observar con detenimiento a nuestro alrededor cuando encontramos un rastro o señal, no perdernos ni un detalle porque es ahí donde puede estar la respuesta. En esta ocasión nos encontrábamos ante los rastros que una rana había descrito al saltar sucesivamente.

 (3)

 (4)
(3) y (4). Grupos de huellas que describe una rana al saltar separadas por la misma distancia aprox.

Las ranas son anfibios anuros que como ya sabemos están adaptadas al medio acuático, y donde desarrollan parte del ciclo de su vida. Cuando son adultas, salen al exterior y algunos desplazamientos los realiza por tierra. Hay ranas arborícolas ibéricas  de la familia Hylidae, que suelen habitar entre la vegetación o subirse a ramas de arbustos y árboles. Pero aquí trataremos las especies pertenecientes a la familia  Ranidae, como la rana común (Pelophylax perezi). 

La manera más efectiva de desplazamiento de las ranas fuera del agua, por su forma y estructura, es a saltos. Por lo tanto su rastros describirán una serie de marcas agrupadas que se repiten sucesivamente a la misma distancia y que corresponde al aterrizaje de cada salto. En las imágenes (3) y (4) podemos apreciarlas rodeadas de un círculo.

Las ranas de la familia Ranidae poseen en sus manos cuatro dedos delgaditos, no muy largos y prácticamente de las misma longitud, sin discos adhesivos. Sus patas traseras tienen cinco dedos que se abren como un abanico y están unidos por una fina membrana interdigital, (ideal para impulsarse en el agua). Su rastro consiste en grupos de cuatro huellas como ya hemos comentado, a veces también puede señalar el contorno de la parte inferior de su cuerpo. Las huellas de las manos se sitúan en la zona central delantera, y sus dedos se dirigen hacia el interior. Las huellas de las patas traseras quedan paralelas a las manos en su borde externo, algo más retrasadas (esto depende del salto y el aterrizaje). Y sus dedos en forma de abanico plegado y algo curvos, también apuntan hacia el interior. El dedo cuarto es especialmente largo sobresaliendo del resto, el tercero y quinto tienen prácticamente la misma longitud, y los dedos uno y dos son de menor tamaño. Estas diferentes longitudes de dedos hacen que queden reflejados en el sustrato cuatro o cinco pequeños orificios que forman una línea y que corresponden a la punta de sus dedos, y que suelen ser muy visibles en algunos casos.

Abajo muestro dos dibujos, uno de sus extremidades (mano y pata trasera), y otro del grupo de huellas que describe en cada salto. He de incidir en que resulta muy difícil que se marquen todas estas características a la vez, y en la mayoría de casos debemos aplicar la intuición para situarlos. Además, los sustratos por donde se suelen desplazar las ranas son medios muy acuosos y que no permiten la impresión con definición de todos los detalles, pudiendo encontrar en ocasiones una simples líneas o hilera de agujeritos que marcan con su patas traseras.

 (a)(b)
(a). Dibujo de la pata trasera y mano de una rana común (Pelophylax perezi) .
(b). Dibujo del grupo de huellas que deja impresa la rana común en el sustrato al saltar. 

A continuación muestro algunos ejemplos donde hay situaciones en los que está más claro, mientras que en otros son buenos aliados la observación de la sucesión del rastro y aplicar un poco la intuición.

 (5)
(5). En este salto quedaron manifiestas las manos de la rana, sin embargo las patas traseras solamente se podían intuir.

    (6)   
(6). En este rastro únicamente se marcaron los dedos de las patas traseras.

 (7)
(7). Esta vez solo quedaron impresas dos líneas paralelas. La observación del rastro descrito de forma sucesiva ayudó a la identificación.

Bueno, espero que a partir de ahora mostremos especial atención a los márgenes de los arroyos y sepamos identificar estos rastros tan bonitos de encontrar.

sábado, 1 de diciembre de 2018

El cagador artista. Zorro (Vulpes vulpes)

Si existe un verdadero artista en cagar ese es el zorro. Elige cualquier elemento que se eleve un poquito para dejar ahí su hito oloroso. He llegado a ver cagadas de zorro sobre cualquier cosa, sobre plásticos, sobre un paquete de tabaco, sobre ropas..., pero prefiero elegir un elemento natural para mostrarlo, este precioso hormiguero, como la guinda de un pastel. :)



jueves, 22 de noviembre de 2018

Pelos y alambradas

Uno de los indicios de presencia de fauna silvestre que a veces suele pasar algo desapercibido, son los pelos. Las alambradas y mallas que cercan nuestros montes obligan a los animales a pasar por debajo de ellas, saltarlas o intentar atravesarlas. Aparte de entrañar un peligro en la que éstos pueden quedar atrapados, cuando son traspasadas con éxito, es muy probable que sus pelos queden enganchados en sus alambres. Pelos del lomo normalmente si la han atravesado por debajo, o pelos del vientre en el caso de saltarlas. 

Una forma de localizar estos indicios es buscar las llamadas gateras, es decir, huecos abiertos por debajo de la alambrada y en los que se detecta paso de animales. Este paso se puede intuir ya que suelen formar pequeñas veredas del transcurrir constante de fauna. Y por cierto, de camino haremos una buena labor de vigilancia, pues es en estos pasos precisamente donde son colocados los indeseables y dañinos lazos... ;)


Cerdas de jabalí (Sus scrofa)

Pelo de zorro (Vulpes vulpes)

Pelo de gamo (Dama dama)

sábado, 17 de noviembre de 2018

Encames de corzo (Capreolus capreolus)

Los corzos, esos duendes habitantes de nuestros montes y bosques, suelen encamarse en zonas umbrosas y tranquilas. En la provincia de Cádiz el corzo morisco se ha asociado siempre a enclaves húmedos, como son la mayoría de los bosques de Alcornocales y sus canutos, aunque cada vez es más común encontrarlos en otras áreas que no se caracterizan por este microclima propio, como son espacios abiertos de cultivos de secano. 

Los encames que muestro abajo se encontraban en un lugar inesperado al lado de unas tierras de cultivo de pastos. Eso sí, eligieron la umbría que proporcionaban acebuches, lenticos, algarrobos y algunos alcornoques situados en uno de sus márgenes.

Los encames de corzo consisten en unas pequeñas depresiones en el terreno con forma generalmente ovalada y de reducido tamaño, unos 50-60 cm de ancho, ya que es el más pequeñito de nuestros cérvidos. Y que clarean y limpian de hojas ahondando de esta forma el lugar elegido. Tres o cuatro camas se disponían cercanas unas de otras en el lugar ya citado, alguna más antigua que permanecía ya cubierta por algunas hojas que cayeron después de su uso, y otras más recientes y más limpias donde la capa de tierra aún conservaba la humedad de haber sido descubierta.



miércoles, 7 de noviembre de 2018

La pequeña comadreja (Mustela nivalis)

Hoy traigo otra emocionante captura por medio de fototrampeo, se trata del mustélido más vivaracho, veloz, diminuto, e intrépido a la vez, la comadreja (Mustela nivalis). Digo emocionante porque estoy segurísima que esta miniatura ha pasado mil veces delante de la cámara, pero debido a su rapidez no ha llegado a captarla, ya que hasta ahora solía dejar el modo foto ajustado. Tampoco le he dedicado tiempo y sin duda hay especies a las que tienes que buscar y elegir el lugar apropiado, o sea, trabajártelas un poquito. Aunque este no fue el caso y creo la suerte se puso de nuestro lado, de no ser porque se quedó inmóvil durante unos segundos delante del sensor posiblemente alertada por algún ruido, este relámpago fugaz no hubiese salido.

Aunque es una especie presente en multitud de hábitats, son las zonas donde abundan los roedores, como cultivos de pastos, graneros, muros de piedra..., donde mejor daremos con ella. Este es otro gran desconocido y poco se sabe sobre su estado, comportamiento y su distribución exacta. Hay quien dice que se ven menos que antes, pero yo esto lo dejaría en "stand by", siendo una especie tan local.

En cuanto pueda dedicaré una entrada a sus rastros e indicios, aunque creo ya publiqué algo en su momento. Rastros con los que hay que tener cuidado para no confundirlos y que resultan difíciles de detectar.

Comadreja fototrampeada en la sierra de Cádiz

sábado, 3 de noviembre de 2018

León y Montaña Palentina

Durante unos días inmersos en primer lugar en el Valle de Lacina y Alto Sil, y en segundo, cobijados en territorios de la Montaña Palentina, pudimos colocar la cámara en alguna ocasión. Al encontrar numerosos rastros de oso pardo y de lobo ibérico, probamos suerte un par de noches en estos enclaves con la cámara de fototrampeo. Debido a la brevedad de tiempo no conseguimos este objetivo pero el intento nos deparó alguna que otra sorpresa. En la primera parte en León, un turón protagonizó una de las escenas, hace un alto en el camino para olisquear y macar el atrayente oloroso. El resto, algún buen ejemplar de jabalí, zorro, y algún que otro susto de atrevimiento... (la cámara salió intacta). Acompañan a las imágenes finales las notas armónicas de la berrea del ciervo.

Volveremos a estos hermosos y agrestes parajes.






martes, 30 de octubre de 2018

Marcas de pelo. Jabalí (Sus scrofa).

Ya conocemos todos lo que les gusta a los jabalíes ir al spa. Usan charcos y barrizales donde se revuelcan para así desparasitarse y cuidar su tersa piel :)

En estos charcos, aparte del popurrí de huellas, si nos fijamos bien podremos encontrar otras marcas muy curiosas. Se trata de las impresiones que dejan sus duras cerdas al refregarse con el barro. Bajo estas líneas muestro una baña donde se aprecian perfectamente estas marcas de los jabalíes que se revolcaron.


sábado, 20 de octubre de 2018

Oso pardo II (Ursus arctos).

Ya que aquí en el sur no tenemos osos..., cuando subimos al norte se agradece estar alojados justo ladito de ellos. Hace ya unas semanas bajaba a los cerezos, nos contaban los paisanos. Buena cuenta de ello nos lo contaban también los indicios encontrados (Valle de Laciana y Alto Sil). Parece que el oso dentro de lo que cabe no está muy mal visto en esta zona, no pasa lo mismo con nuestro gran cánido.



 Excremento de oso pardo con huesos de cereza.


Cerezo tronchado por el oso.

sábado, 6 de octubre de 2018

Gato montés (Felis silvestris). Tan diferentes...

Es curioso observar como los gatos monteses de la mitad norte peninsular, sobre todo en la Cornisa Cantábrica, se muestran tan confiados al hombre, cuando en el sur resultan ser puros fantasmas y de muy difícil observación, incluso sus rastros e indicios. Casi me atrevería a decir que nada tiene que ver un gato del norte con uno del sur. En una entrada que pretendía hacer sobre el gato montés quería abordar este comportamiento a través de una serie de reflexiones que comentamos y compartimos entre algunos amigos naturalistas. Espero poder dedicarle un poco de tiempo. Mientras tanto dejo esta imagen de uno de los gatos, radiomarcado por cierto, que pudimos observar bastante de cerca y sin que le preocupase nuestra presencia, en la Montaña Palentina. Incluso nos dedicó la captura de una rata topera. 


martes, 2 de octubre de 2018

Lobo ibérico. El superviviente.

He de confesar que de entre todos los carnívoros, cuando me encuentro ante los rastros de nuestro gran superpredador, el lobo ibérico, las sensaciones se me ¡quintiplican!. Si me dicen que las explique me resulta realmente difícil, pero sé que la admiración forma parte de ellas.

Es lógico admirar el símbolo más puro de la inteligencia. Gracias a la cual, la dotación de esta inteligencia, el lobo ibérico no habría sobrevivido.

Ahora que venimos de habernos internado en territorios lobunos, la sensación de que estamos ante un superviviente es aún mayor. Cuando conoces de cerca el conflicto que envuelve al lobo, como injustamente es acusado, como sacrifican grupos familiares enteros sin dejar ni tan siquiera uno en grandes territorios, reflexionas y empiezas a pensar que el verdadero problema lo tiene el lobo ante el hombre, su gran enemigo. Ya que es el quién crea el conflicto y se desahoga exterminándolo  con violencia y sin piedad.

Tuve que contener las lágrimas cuando nos contaban desde la misma guardería encargada de matar lobos, como hacen sangrías de grupos familiares con sus cachorros. Rodeados sin escapatoria por una multitud de escopetas. Tuve que contener las lágrimas cuando nos contaban que cualquier lobo que se cruza en el camino es exterminado sin tener en cuenta su jerarquía en una manada. Tuve que contener las lágrimas cuando nos contaban como los ganaderos culpan al lobo de la muerte de vacas que ellos mismos han destripado.

Más le vale al lobo que esté dotado de esa inteligencia, porque el hombre no es su depredador, es su aniquilador.




sábado, 15 de septiembre de 2018

Nutrias y tejones

El otro día hablaba de las diferentes marchas que pueden adoptar los distintos carnívoros y la complejidad que entraña su lectura en el rastro. El siguiente vídeo es un bonito ejemplo de como las nutrias son tremendamente variables, y en poco trayecto son capaces de adoptar algunas de ellas. También muestro como un tejón dotado de un exquisito olfato, busca, a modo cochinero, algún suculento bocado. Dos preciosos mustélidos de la nocturnidad en las sierras gaditanas.

martes, 4 de septiembre de 2018

El mundo de las marchas

Hace ya bastantes años (muchos..., tendría unos catorce o quince años creo), decidí dar unas clases para aprender a montar a caballo gracias a unos ahorrillos propios, quería fuese como fuese poder galopar y sentir esa conexión con un caballo. No pretendía  saltar vallas en un circuito ni hacerlo "bailar", solamente quería sentirlo y conectar con él, ya que mi ilusión era tener mi propio caballo y que explorásemos juntos los rincones de la naturaleza. Aún siendo solamente esa mi intención, en cualquier picadero te enseñan algunos ejercicios propios de doma y así poder conocer bien las diferentes marchas de un caballo. Recuerdo que la instructora me  hablaba de "galopes a mano derecha" y "galopes a mano izquierda", y que había caballos zurdos y diestros. Yo entonces me quedaba perpleja ante tantas marchas diferentes y su complejidad, y sobre todo coger el ritmo al caballo que era lo más difícil.
 
Hoy en día cuando observo los rastros y las diferentes marchas, sus variantes y sus transiciones, velocidades...,  de las diferentes especies de mamíferos impresas en el sustrato, sigo pensando la complejidad que entraña y lo laborioso que es desenmarañar e interpretar con exactitud como se desenvolvían él o los individuos que las dejaron. 
  
Abajo, dos nutrias en la orilla de un pantano con dos marchas distintas (trotes, galopes laterales y algunas variantes)
 
 

domingo, 2 de septiembre de 2018

Un turón en la carretera

Como decía el otro día, siempre se me van quedando cosas en el tintero..., así que no quería dejar pasar esta preciosa observación del año pasado llegando a Teverga (PN Ubiñas-Las Mesas), donde tuvimos el placer de pasar unos días.

Inesperadamente sorprendimos a este mustélido tan difícil de observar. Es curioso que solamente he llegado a tener dos observaciones directas de turón, una es ésta, y otra en la provincia de Cádiz en una zona cercana a un embalse. Ambas observaciones de noche y atravesando la carretera. Siempre digo que la mejor forma de observar carnívoros es circular de noche tranquilos por carreteras apropiadas.

Durante esos días que pasamos en el norte curiosamente también sorprendimos a dos armiños de la misma forma. Aunque no los pudimos registrar son momentos que se te quedan grabados en la retina y con eso es suficiente.

Así que ya sabéis, siempre, mucha precaución en las carreteras...










lunes, 20 de agosto de 2018

Cárabo común (Strix aluco). Egagrópilas, plumas.


¿Cómo serían esas noches en el bosque sin el canto de cárabo acompañar? 

Estoy segura que todos aquellos que tengan el más mínimo contacto con la naturaleza, conocen y han escuchado alguna vez el característico canto del cárabo. Esta preciosa rapaz nocturna, representa y ocupa todo tipo de bosques dentro de la península. No obstante, puede hallarse perfectamente también dentro de zonas urbanas, basta que esté dotada de la suficiente arboleda para darles cobijo y posaderos adecuados. De esta manera se convierte en un perfecto controlador natural de roedores para estas áreas, ya que las ratas pueden constituir un alto porcentaje en su dieta.



Buena cuenta de ello nos lo dan sus egagrópilas, en las que podemos encontrar pelo y huesecillos de  los roedores que captura. También es posible encontrar en ellas restos de pequeñas aves e insectos.

La coloración de las egagrópilas de cárabo se tornan al gris claro sobre todo si están compuestas por pelo de roedor. En la imagen podemos observar una egagrópila recién expulsada a la derecha, coloración algo más oscura. Y a la izquierda una egagrópila más envejecida de color gris claro, compuestas en su mayoría por pelo y huesos de rata negra (Rattus rattus).


Es muy probable que si damos con un posadero de cárabo, no sea difícil encontrar alguna que otra pluma esparcida por el suelo fruto de sus acicalamientos. La coloración y tramas de su plumaje es muy variada, incluso se llegan a diferenciar cárabos de tonalidades más grises y cárabos de tonalidades más rojizas y marrones. En la imagen, una serie de plumas que sin profundizar, nos encontramos con primarias, secundarias, coberteras y algo de plumón. Destacan las franjas marrones sobre fondo claro, combinada con algunas tonalidades de grises.


miércoles, 15 de agosto de 2018

Es hora de alimentarse

Un murciélago dibuja líneas en el aire capturando insectos. El tejón levanta piedras, quizás, buscando cangrejos de río. Una gineta persigue una polilla, a pesar de ser un diminuto bocado... En el transcurrir de la noche, la búsqueda de alimento es una atareada actividad para las diversas especies nocturnas.




jueves, 9 de agosto de 2018

Escena de caza. Gineta (Genetta genetta).

Observar rastros de fauna no implica solamente la identificación de una huella o la especie que la dejó, conlleva algo más, conocer a nuestra fauna y cómo funciona sin ser vista. Territorios,  actividad diaria, cómo se desenvuelve, de qué se alimenta, cómo y cuándo caza, cuándo come, interacciones con otras especies...,  en definitiva, obtener conocimientos sobre ella. Digamos que el primer paso será identificar la o las especies, y luego identificar momentos o escenarios. 
 
Cuando tenemos delante un rastro, la mejor pregunta que hay que plantearse es, ¿qué sucedió?. Para ello debemos concentrarnos y no perder detalle no solo del rastro en sí, sino de todos los factores influyentes que rodean a un rastro, ya sean condiciones del entorno, temporalidad... Sin duda es un buen ejercicio de atención.
 
Se me van quedando en el tintero momentos bonitos que te encuentras en este mundo de observación a través de los rastros. Revisando encontré este en el que todo apunta a una escena de caza, las especies implicadas, una gineta y una rata. Un batiburrillo de huellas de ambas especies en diferentes direcciones y derrapes concentrados en un mismo punto nos sugiere este momento. Si prestamos atención, podremos imaginar dónde se situaron, sus movimientos y como podría haber terminado el entramado.
 
El mundo de los rastros no solo nos ayuda a identificar especies, nos cuenta historias, historias algunas enigmáticas que le dan ese toque de misterio a esta bonita pasión.
 
 


viernes, 27 de julio de 2018

Celo del corzo morisco

Nos encontramos en pleno celo del corzo (Capreolus capreolus). En un paseo por las entrañas del parque natural Los Alcornocales al atardecer, sorprendimos a cuatro corzos que seguidamente comenzaron a ladrar al extrañar nuestra presencia. Como ya he comentado en múltiples ocasiones, el corzo que encontramos en estas tierras del sur (Cádiz y Málaga), es una variedad diferenciada del corzo que habita en el resto de la península ibérica. Se trata de un corzo más pequeño, más desconfiado y más esquivo, alcanza densidades más bajas y tienen territorios más extensos, ya que se trata de un corzo muy territorial. Esta variedad de corzo fue el resultado de un aislamiento geográfico, a la vez influenciado por las condiciones climatológicas y ambientales tan peculiares que se dan junto al Estrecho.

No es común ver un agrupamiento de cuatro corzos en estos parajes, salvo en los momentos de celo en el que los machos se disputan sus territorios con broncos ladridos.

Para ver el vídeo recomiendo ajustar la mejor calidad ya que la segunda parte fue grabada con un dispositivo móvil. Aunque lo importante en este caso será el sonido.






jueves, 26 de julio de 2018

Garduña con culebra de escalera

Íbamos de vuelta a casa ya entrada la noche, cuando los faros del coche iluminaron a un animal paralizado en la misma carretera. Se traba de una garduña (Martes foina). Aunque no es difícil sorprender por la noche a este precioso carnívoro en carreteras de la sierra, lo interesante resultó ver que en su boca transportaba algo. Ese algo era una culebra de escalera, o mejor dicho, la mitad de una culebra de escalera. Ello nos demuestra el amplio abanico de presas que tiene este mustélido. El hecho de que en sus fauces llevase la mitad también es un dato curioso, ya que la acción de seccionar las presas para transportarlas es habitual en esta especie. 

Tras estar inmóvil unos segundos, la garduña soltó la culebra y seguidamente escapó por el margen izquierdo. Esperemos que volviese a por la cena de esa noche...

Aunque la calidad de la imagen no es muy buena ya que se trata de una captura de vídeo, más o  menos es apreciable.


viernes, 13 de julio de 2018

Gelatina de nutria (Lutra lutra)

Uno de los indicios que nos ayuda a detectar a la nutria son, entre otros, sus excrementos. La nutria marca con ellos sus territorios y para ello suele usar puntos visibles, como son piedras, construcciones humanas, senderos..., aunque a veces pueden estar escondidos a la percepción de nuestros ojos, por ejemplo entre la hierba y resultan difíciles de detectar. O incluso puede estar la nutria presente y no marcar con excrementos visibles, como puede ocurrir según la bibliografía en el periodo de cría, y seguro algún caso más. Recuerdo en algún momento haber detectado a la nutria gracias a sus huellas y sin embargo, por más que he buscado no haber localizado ni un solo excremento.

 Excremento de nutria localizado en un punto visible, se trataba de una fuente.

Los excrementos de nutria pueden adquirir diferentes aspectos según su composición o presas ingeridas por el animal. Pueden contener restos de exoesqueletos de crustáceos, restos de peces (espinas y escamas), de anfibios, moluscos, incluso restos de plumas de aves o pelos de algún mamífero. En otro momento nos detendremos más detenidamente en este aspecto.

 Diferente composición de excrementos de nutria

Pero lo que hoy me lleva a realizar esta entrada son sus gelatinas. Indicio quizás algo menos usual y más difícil de encontrar. Las "gelatinas anales", como le llaman, son unas excreciones con un aspecto totalmente gelatinoso, de color verdoso amarillento. Dicen que estas mucosidades las segregan para evitar dañar el tracto intestinal o zona anal (no tengo claro en qué parte del digestivo se liberarán) de los restos no digeridos, que como ya hemos visto en los excrementos, lo suelen componer elementos punzantes o cortantes. Por otro lado dicen que las segregan cuando la nutria lleva más de un día sin comer..., lo cual ya no tendría mucho sentido si su propósito es proteger del alimento no digerido, a no ser que tardasen mucho tiempo en hacer una digestión y excretar. Sea cual sea exactamente su función, cuando lo aclare os lo cuento, nos quedaremos con eso, que existen otro tipo de indicios diferentes a los excrementos con un aspecto gelatinoso y que efectivamente corresponde a la nutria.

A continuación muestro una de estas gelatinas de aspecto viscoso, por su aspecto recientemente excretada. Como se aprecia, aparentemente se ha expulsado en el momento de dejar un excremento (pero diferente al aspecto oleoso que estos dejan a veces), en este caso cuadraría más una función protectora a la hora de excretar. Y a saber qué más, porque desconocemos muchos aspectos de nuestros carnívoros aún, y puede estas gelatinas estén envueltas de información.

Gelatina de nutria

En la siguiente imagen podemos apreciar el punto donde se encontraba la gelatina, junto a otros excrementos de diferente composición.

Punto de marcaje de una nutria