viernes, 26 de enero de 2018

Duro invierno

El duro invierno se cobra muchas vidas en el sistema central, corzos, ciervos y ganado vacuno desvanecen frente a las inclemencias de los temporales. Innumerables cuerpos yacen en la nieve manifestando la crudeza de esta tesitura. Pero todo no es malo ante lo infernal, este cementerio de carroñas servirá de sustento a infinidad de especies presentes en los páramos durante una buena temporada. Curiosa paradoja, lo que para unos resulta el final de la vida, para otros significa el soporte para un año más de existencia.

Abajo, en las dos primera imágenes, ganado vacuno recién fallecido. Solo han llegado a carroñear el hocico puede por zorros, las vísceras aún estaban intactas posiblemente los lobos aún no habían llegado. En la última imagen restos de una carroña de un ternero, todo apunta a que los lobos ya estuvieron aquí.




viernes, 12 de enero de 2018

Oso pardo (Ursus arctos)

Como ya conté en otro momento nos encontrábamos en los últimos días de nuestra estancia en el límite cantábrico-palentino. Fue cuando al inicio de un camino al lado del mismo pueblo, nos encontramos con las preciosas huellas del úrsido. No hubo suerte con las cámaras de fototrampeo que dejamos esas dos noches que nos quedaban, pero sí nos llevamos la emocionante sensación de tener a uno de los pocos osos cantábricos justo al lado de nuestro alojamiento.

Esta temporada la producción de arándanos fue escasa, y los hayucos cayeron rápido al suelo. Tal situación obligó a los osos a buscar alimento en los frutales que los paisanos del lugar tienen sembrados en sus terrenos al lado, y dentro de los pueblos también. Este panorama y la presencia de los osos haciendo sus rondas por las parcelas traían a los lugareños algo cabreados cuando alguno que otro se daba un festín de peras... Mejor dicho muyy cabreados. Me temo que esta irritabilidad también la volcaron contra los observadores de naturaleza, en este caso y los únicos que en esos momentos pululaban por allí, o sea, nosotros. La conclusión, intentar dialogar con un paisano cabreado sobre el problema no sirve absolutamente para nada...

Abajo muestro una serie de huellas del individuo que tuvimos la suerte de detectar. Por el tamaño, y teniendo en cuenta los apuntes del amigo Jose Carlos de la Fuente en su libro Lobos, linces y osos, se podría llegar a la conclusión que pudieran pertenecer a una hembra o un individuo joven.

Mano derecha y pie derecho en sentido opuesto en un cambió de dirección.


Mano derecha

Pie derecho, tamaño muy pequeño para un oso adulto macho

Rastro completo

Volveremos a pisar estas tierras de osos, y lobos...